Venta de villas y caseríos en zonas rurales o pequeños pueblos de Gipuzkoa

Desde mi experiencia durante los últimos 34 años como Gerente de la Agencia Inmobiliaria Araxes quisiera compartir mi perspectiva de la evolución que he observado en el mercado de venta de caseríos, casas y villas rurales en el entorno en el que he intervenido (desde Donostia y Donostialdea, hasta Irún, Zarauz, Tolosaldea, Ordizia, Lekunberri…).

Hasta aproximadamente el año 2000 y desde los años 60-70 del siglo pasado, muchas familias tenían casas y caseríos en pueblos y en zonas rurales donde se reunían familias completas, no solo padres e hijos, sino nietos, primos etc., como puntos de encuentro familiares.

Hay que tener en cuenta que, en esa época, el índice de natalidad era muy superior al actual y abundaban las familias numerosas. Se trataba de casas dentro de la zona donde residían esas personas o ese núcleo familiar con lo que era habitual juntarse muchos fines de semana.

Tras la crisis de los años 92 al 95 dejaron de venderse ese tipo de casas con ese objetivo. Las familias que podían permitírselo compraban una vivienda mejor o incluso una segunda vivienda en el sur de España o en el Mediterráneo.

La carestía de la vivienda posiblemente tuvo algo que ver en esta situación, así como el hecho de que la natalidad cayó en picado y el arraigo familiar quizás incluso fue declinando con los cambios sociales del nuevo siglo, entre ellos el hecho de que las mujeres se han incorporado con mucha más fuerza al mercado laboral.

A partir del inicio del nuevo siglo fueron las pequeñas familias, parejas, personas jóvenes o de edad media quienes buscaban en este tipo de casas otro estilo de vida diferente al de la ciudad. Buscaban huir de la ciudad y vivir en un entorno distinto.

Por supuesto, por otra parte siempre existe la demanda de los nativos o de los propios habitantes de los pueblos que desean seguir viviendo en la zona donde llevan tiempo habitando.

Y llegó la crisis en los años 2007 – 2008

La demanda de este tipo de casas cayó en picado. En consecuencia, los precios cayeron de forma intensa, incluso más de lo que cayó el precio de la vivienda en las ciudades, debido a la casi nula demanda de compra entre los años 2008 y 2013.

Los propietarios que intentaban vender en ese período inmuebles de esta tipología no asumían esas caídas tan intensas, por lo que mantenían sus precios en cotas en las que la demanda no estaba dispuesta a comprar.

La consecuencia de ello fue que el número de ventas producidas durante ese periodo fue muy reducida. Estábamos ante un mercado estancado.

Después del año 2014

La venta de pisos en general se fue recuperando paulatinamente, mientras que la venta de casas en zonas rurales, aunque también fue recuperándose, lo hizo de forma mucho más lenta.

Intuyo que la crisis dejó huella en el sentido de que, aunque el modo de vida que ofrece una casa de este estilo es muy atractivo, tiene sus incomodidades y sus costes: el coste derivado de la necesidad de disponer de uno o varios vehículos, la incomodidad de convertirse en taxista de los hijos para llevaros y traerlos al colegio o sus actividades, o la realidad de que una casa tiene un coste de mantenimiento superior al de una vivienda en la ciudad.

Todo ello probablemente ha provocado que aunque a mucha gente le atraiga una vida de ese estilo, en el momento de tomar una decisión, la prudencia hace que poca gente apueste por un cambio de estilo de vida.

La llegada del covid-19

Los primeros síntomas son que, aunque no existe una demanda muy intensa, se constata una recuperación de la misma y un mayor interés de compra en casas en entornos rurales, aunque siempre con predominio del interés sobre casas no demasiado alejadas de los núcleos urbanos.

Durante el año 2020 hasta hoy, quizás se haya producido el punto de inflexión y lo que yo llamaría la vuelta a la normalidad.

No sabemos a dónde nos puede llevar el futuro ni si esta recuperación se va a mantener, pero actualmente se constata un cierto interés por salir de los núcleos urbanos, incluso en otras regiones de España, donde los pequeños pueblos están tratando de recuperar vecinos con propuestas atractivas para que las familias fijen sus residencias en ellos.


¿Quieres más información? Estaremos encantados de recibirte e informarte con mayor detalle. Nuestras puertas están totalmente abiertas por y para ti.

Equipo Araxes

Araxes Agencia Inmobiliaria

Si estás pensando en poner un inmueble a la venta y quieres ampliar la información puedes ponerte en contacto con nosotros en el teléfono 943 21 10 22 o a través de nuestro correo electrónico araxes@araxes.es

Contigo somos uno.