La tendencia en la venta de viviendas en Gipuzkoa

El mercado de la vivienda y su evolución es un tema recurrente que suscita interés, ya sea por su influencia en la propia economía o simplemente por su importancia como principal inversión en la vida de las personas. Por ello queremos hacer referencia a la tendencia del mercado actual en la venta de viviendas.

Haciendo un poco de historia, venimos de siete años ininterrumpidos de incrementos de precios que han acabado por corregir casi al 100% las pérdidas de valor sufridas por las viviendas en la profunda crisis que padecimos entre los años 2008 y 2014.

El 2014 marcó el punto más bajo de ese ciclo, con una caída de precios de hasta un 35% de media en el mercado local de San Sebastián.

Para llegar a esa cifra, lógicamente, se sumaron distintos comportamientos en las distintas zonas de la ciudad, con caídas mayores o menores en función a la ubicación, tipología o categoría de los inmuebles.

Las menores caídas, en torno al 15 o 18%, se produjeron en las zonas más valoradas y las mayores caídas, de hasta un 50%, en zonas más alejadas del centro y sobre la tipología de vivienda más antigua o sencilla.

A partir del 2014, el mercado ha crecido de forma moderada pero constante. Sin embargo, este ritmo de crecimiento fue menos intenso al que vivimos durante los primeros años del siglo, hasta llegar al año 2022 que ha supuesto prácticamente la recuperación de los precios máximos del 2007 y donde el volumen de ventas a nivel nacional ha sido el mejor desde aquel ejercicio, con más de 719.000 viviendas vendidas.

El futuro de la venta de inmuebles en Gipuzkoa

Pero ¿que esta ocurriendo ahora y que podemos esperar en el próximo futuro?

El dato de ventas totales indica que el 2022 ha sido un gran año para la venta de inmuebles, donde el número de compraventa de viviendas subió un 6,1% y la concesión de nuevos préstamos hipotecarios para adquirir una vivienda subió un 2,8% frente a los datos del 2021.

Sin embargo, las ventas han ido de más a menos desde finales del año pasado y, según datos ofrecidos por el Consejo General del Notariado, la compraventa de viviendas decreció en diciembre un 17,8% interanual, con precios prácticamente estables (0,5%) y la concesión de préstamos hipotecarios para la adquisición de vivienda retrocedió un 22,5%.

Por lo tanto, podemos afirmar que el mercado se ha estabilizado, que las ventas siguen fluyendo a buen ritmo y la perspectiva, sin ser tan optimista como en el año 2022, es positiva. En gran parte, esto se debe a que la oferta de vivienda en venta sigue siendo muy baja, teniendo más peso aún la demanda que la oferta.

A día de hoy, aun cuando existe una gran incertidumbre, debemos considerar que la situación no es tan negativa.

Realmente, durante los últimos años nos hemos malacostumbrado a unas circunstancias óptimas que han facilitado que se disparen todas las estadísticas en la venta de inmuebles: con tipos de interés incluso negativos, tasas de ahorro fuera de lo normal, nuevas necesidades surgidas a la sombra del coronavirus, gran demanda de viviendas de un perfil más abierto a la naturaleza e, incluso, por el propio impacto de la llegada del teletrabajo como algo más que una circunstancia coyuntural.

Todo ello nos ha mantenido en la cresta de una ola de la que poco a poco estamos descabalgando hacia un mar más calmado y hacia una situación simplemente más normal.

Así pues, a pesar de las distintas incógnitas de la actual situación económica, estabilidad es ahora mismo la palabra que mejor define este momento inmobiliario.


Equipo Araxes

Araxes Agencia Inmobiliaria

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